Las demencias en general, y la enfermedad de Alzheimer en particular, se caracterizan por el deterioro progresivo de las facultades físicas y mentales de estos enfermos, que impiden llevar a cabo de manera autónoma y adecuada las actividades de la vida diaria, y conducen a una situación de total dependencia.
Se trata de una enfermedad neurodegenerativa de la que se desconoce la causa exacta de la misma y, hoy por hoy, no se dispone de un tratamiento eficaz. Constituye además una enorme carga psicológica, física y económica para las familias y cuidadores.